25 febrero 2013

La caída del comunismo en Hungría

Hay un gran telón de fondo que ayuda a entender las razones de la caída del comunismo y Hungría tuvo sus propios actores que contribuyeron a ello. Destacan algunas figuras como János Kádár, Károly Grosz, György Lázár, Imre Poszgay, Reszo Nyers o Miklós Nemeth, 

Podemos encontrar uno de los antecedentes en la revolución de 1956, la cual es una de las razones por las que la transición fue tan pacífica. Después de años de un contraataque político soviético por la fracasada revolución entre 1956 y 1960 y hasta 1989, un nuevo sistema apareció, el cual resultó ser muy diferente de los otros sistemas políticos y económicos en esta zona de Europa que se encontraba bajo la influencia comunista. La persona que permitió esto fue János Kádar, el primer secretario del Partido Comunista Húngaro, el partido único, entre 1956 y 1989.

János Kádar
Con el tiempo, más libertades personales y económicas comenzaron a hacer su aparición, como la puesta en libertad, antes de 1963, de la mayoría de la gente arrestada durante la revolución de 1956. El Gobierno empezó a entender la necesidad de un apoyo general para proteger el sistema, a cambio de mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos. Las primeras reformas políticas se produjeron en 1968.

El nuevo sistema económico intentó abrir los mercados de Hungría, los cuales habían permanecido algo herméticos hasta entonces. Así pues, comenzaron a orientarse hacia los mercados occidentales. Las consecuencias de esto fueron que, por un lado, Hungría no podía mantenerse al mismo nivel de las potencias occidentales en términos económicos pero, por el otro lado, dependía del mercado de la URSS todavía. Al principio, este sistema económico proporcionó un ambiente de felicidad y de seguridad social. Sin embargo, al final, esta clase de economía trajo consecuencias en los años 1980-81 con un descontento social general debido a que comenzó a aparecer una creciente inflación.

Esta inflación era debida a que el Estado dedicó mucho dinero para la educación y la asistencia sanitaria sin que la gente pagase ningún tipo de impuesto. Esto hizo a Hungría depender de los mercados externos y de los créditos de Occidente. Desde 1988, la inflación fue creciendo más y más, entre el 15% y el 20%.

Desde 1985, se puede decir que comienza la caída de János Kádar porque, aunque sobrevivió al Congreso del Partido de 1985,a la mala situación,a  la reestructuración del Politburó o a la aparición de Károly Grósz e Imre Pozsgay como importantes figuras políticas. Del mismo modo, aguantó ante la admisión de que las reformas económicas de 1968 habían sido eliminadas demasiado pronto y a la iniciación de un nuevo programa reformista para deshacer esa y situación, además del decrecimiento de los estándares de vida de la población por este error. 

Károly Grósz
De esta forma, fue necesario reestructurar el Politburó con un nuevo ministro, Károly Grósz, y nuevas reformas económicas que no habrían funcionado sin los cambios políticos y sociales que significaron el final del período de Kádár. Las presiones resultantes dieron lugar en 1988 al reemplazo de Kádár por Grósz como Secretario General del partido y el nombramiento de Miklós Németh, un defensor de reformas más drásticas, como Primer Ministro.

Miklós Németh
Todo este largo proceso de debilitamiento del comunismo fue abriendo las puertas a la transición hacia la democracia. La transición húngara fue la más exitosa y tranquila de Europa del Este, sin contar las otras transiciones de Europa Occidental como España, Portugal y Grecia. 

18 febrero 2013

De carnavales por Venecia

Foto hecha por Migue
Hace exactamente un año, Marci nos propuso un viaje relámpago. Consistía en viajar 12 horas por la noche en autobús a Venecia y volver a la noche siguiente. Una auténtica paliza, pero bastante económico. Creo recordar que nos costó todo en total unos 50€. Yo ya había estado en Venecia en una ocasión, pero ¿en carnavales? Nunca, por lo que me apunté de inmediato. El viaje era para universitarios húngaros, pero permitieron que nos acopláramos sin ningún problema. El único problema fue que la guía era en húngaro, pero en realidad, tampoco nos importo mucho porque con la cantidad de gente que había era prácticamente imposible escuchar o seguir al grupo y pronto fuimos a nuestro aire. 

Aquí estamos los ocho valientes disimulando nuestra cara de cansancio frente al Puente Rialto
El autobús llegó muy pronto, sobre las 7 y media, pero el nuestro no era el único, había muchísimos y más aún de gente esperado para coger un barco. Por suerte no tuvimos que esperar demasiado y en seguida llegó nuestro turno. 

Aún estaba amaneciendo
No tardamos mucho más y comenzamos a divisar algunas de las islas, como la de Murano, a la que fui en mi primera visita, pero no en esta ocasión. Finalmente, supimos que ya estábamos cerca cuando vimos la torre de San Marcos y la basílica de Santa María della Salute.


En cuanto puse un pie fuera del barco, me di cuenta de que había mucha más gente de lo normal, a pesar de que siempre suele haber muchos turistas. Toda Venecia tenía las calles principales a reventar e incluso en algunos puentes vi policías controlando el tráfico de gente. A dos paso que dimos, destacaron entre la gente los primeros famosos disfraces del carnaval de Venecia. 

La llegada
Intentamos seguir al grupo y a la guía a través de la riada de gente y lo hicimos bien hasta que llegamos a la altura del famoso Puente de los Suspiros. Probablemente este sea el segundo puente más famoso de Venecia, después del Rialto, claro.

Puente de los suspiros
Este puente, lejos de estar relacionado con un sentimiento romántico tiene que ver, según me explicó la guía en mi primera visita, con los suspiros de resignación de los presos que cruzaban ese puente hermético que conectaba la antigua cárcel (a la derecha) y el palacio ducal (a la izquierda). Se cuenta que el mismísimo Casanova lo cruzó.

En la Plaza San Marcos
Cuando llegamos a la plaza San Marcos, el punto más turístico de la ciudad, vimos una gran cantidad de disfraces y un escenario al final de la plaza donde salían a actuar y a desfilar. Esta plaza tiene su origen ya en la Edad Media y fue creciendo con el paso del tiempo gracias a las riquezas de los comerciantes. Aquí están la mayor parte de los edificios más emblemáticos. 

El palacio ducal
El palacio ducal de estilo gótico veneciano tenía instalado en frente de sus arcos una fuente de vino que no la pusieron a funcionar hasta la noche. 

La basílica y el campanario
Debido a que en mi primera visita no entre en la basílica de San Marcos, esta vez sí que entre por fin.

Torre del reloj
Durante un rato estuvimos viendo los desfiles de los disfraces. El origen de esta fiesta en Venecia es  muy antiguo, debemos remontarnos a mediados de la Edad Media y con mayor o menor éxito se celebró hasta finales del siglo XVIII, debido a que franceses y austriacos vetaron la fiesta, hasta que en 1979 se volvió a retomar la tradición.

Escenario al final de la plaza
Después nos dedicamos a callejear para disfrutar del ambiente sin que la masa de gente nos lo impidiera. Hicimos algunas compras y cruzamos de milagro el puente de Rialto.

El puente a tope
Las calles a ambos lados del canal también desbordadas
Encontrar un hueco así en el puente era misión imposible
Siendo previsores, algunos habíamos llevados ya bocadillos para poder comer rápido y económicamente en cualquier rincón que encontrásemos y así lo hicimos en frente de la iglesia más antigua de la ciudad, San Giacomo di Rialto.

Frente a la Iglesia San Giacomo di Rialto
Después continuamos callejeando y vi calles e iglesias que no vi la primera vez. Finalmente, nos dirigimos   a Santa Maria della Salute, cruzando el puente más cercano donde se puede obtener una estampa muy típica con la basílica al fondo.



Pasado el puente aún tuvimos que callejear algo más hasta llegar a la basílica. Santa María della Salute se construyó por motivo de la peste de 1630. Al final, nos acercamos hasta la Punta della Dogana, donde hay la estatua de un niño y desde donde se pueden tener una buenas vistas y se puede ver el campanario de San Marcos.


Al empezar a anochecer, desandamos nuestros pasos de vuelta a la plaza para disfrutar un poco de la fiesta de la noche antes de volver a coger el barco y enfrentarnos a la vuelta en el autobús.



Nos llevo bastante tiempo volver por la distancia y por la cantidad de gente que seguía habiendo, por lo que al final no estuvimos mucho más y nos fuimos a la cola del barco. Estuvimos esperando en la cola como una hora ya que todos los barco iban desbordados. El viaje de vuelta se me hizo una tortura, no dormí en viaje de ida porque me dio la vena habladora y en el viaje de vuelta me puse enferma. A pesar de la paliza del viaje, de que duró sólo un día y del agobio por la cantidad de gente, el viaje mereció la pena y lo disfrute.

Muchos de los disfraces hacían honor a la fama de los carnavales. Dejo unas fotos de los que más me gustaron y de los que pude sacar una foto. Normalmente, los disfrazados eran como estrellas de cine que a cada paso que daban tenían 20 fotógrafos encima, por lo que a veces era algo difícil acercarse y me daba cosa agobiar aún más.




Con Ezio Auditore de uno de mis videojuegos favoritos

















¡Parecía el auténtico!


Más fotos de disfraces y Venecia aquí.

Por último, dejo un vídeo de esos de los míos mal hechos de mi día de carnavales allí.


04 febrero 2013

El kürtőskalács

Puesto en la parada del metro de Deák Ferenc
El kürtőskalács es uno de mis dulces favoritos de Hungría y uno de los que más echo de menos. Este nombre es una palabra compuesta puesto que "kalács" significa pastel y "kürtős" es chimenea,  por su forma cilíndrica, hueca y por el humo que sale cuando están recién hechos. 

El pastel chimenea
El origen de este dulce se encuentra en Transilvania, una región de Rumanía con mucha influencia húngara debido a que en el pasado perteneció a Hungría. Así que en esa zona también se pueden encontrar muchos puestos que lo vendan. 

Mi primer kürtós
El dulce consta de una masa con un poco de levadura que se enrosca en un molde especial, se añade algo de caramelo y se deja calentar lentamente en un horno. Luego se añaden los sabores finales, los cuales pueden ser canela (el que más triunfa), vainilla, cacao, chocolate, almendras, avellanas y alguno más. 

Los cuatro sabores más comunes: canela, almendras, cacao y vainilla
Normalmente se pueden encontrar en puestos callejeros y, sobre todo, en los mercados de Navidad, Semana Santa y demás. En estos últimos, suelen ser más caros, pero también más grandes y de buena calidad. 

Puesto en el mercado navideño
No obstante, el mejor sitio para comerse un kürtőskalács de toda Budapest, para mí gusto, es un lugar llamado Molnar's Kürtőskalács. Es un establecimiento algo pequeño, pero cuando hay buen tiempo hay terraza y los kürtőskalács están bien de precio, muy ricos y hay gran variedad de sabores. No todos los sitios tienen tanta variedad, pero los que nunca fallan son el de canela, vainilla, cacao y almendras. Este lugar se encuentra en la famosa calle comercial de Váci utca, comenzando por la plaza Vörösmarty y justo antes del puente blanco, el de Erzsébet. 

Esta entrada se la dedico a Helena, Txema e Isma porque cuando vinieron de visita les encantó y tienen tantas ganas como yo de volver a comerse otro :) Todo el mundo que vaya a Hungría debería probarlo. Incluso el paladar más goloso quedará satisfecho. 

Por último, dejo un video interesante que he encontrado en youtube del proceso de elaboración.